domingo, 12 de febrero de 2012

Un día de la Fuerza Aérea, sin la Fuerza Aérea.

97 años han transcurrido desde que se decreto la creación del Arma Militar de Aviación, la cual se formo con mas empeño que recursos, pero aun así se dio a la tarea de dar alas al ejercito mexicano en un momento donde el sistema político de nuestro país sufrió un fuerte sisma.

A la par Europa, se encontró sumergida en la primera conflagración moderna, misma que sirvió para mostrar el alcance que el ingenio militar alcanzo; así en este escenario recibieron el “bautizo” de fuego armas como el tanque de guerra, el submarino y por su puesto el avión.

Este último llego a esta cita tras recorrer un camino en el cual se compuso por diferentes etapas: construcción, experimentación, exhibición, aplicación práctica, comercialización de equipos aéreos y entrenamiento. Escalones que se alcanzaron previos a la aplicación bélica de la aviación, en cierta manera los países que tuvieron aviones en aquella época de alguna u otra forma siguieron este proceso.

Así nuestro país inició desde finales del siglo XIX sus experimentos en aerostática, no obstante como esta actividad fue cayendo en poco uso y la aviación inicio con mucho brío su “ascenso”, se convirtió en una actividad más llamativa.

Ya para la primera década del siglo XX, Alberto Braniff tuvo la fortuna, después de batallar con su juguete traído de Europa, en ser el primer mexicano en volar. De igual manera de manera casi oculta hombres como Juan Guillermo Villasana, Juan Pablo y Eduardo Aldasoro, etc., buscaron seguir a pie juntillas el proceso que los hermanos Wright y los constructores europeos siguieron para hacer de su experimento un éxito.

Al todos los constructores de manera literal, hicieron “circo – maroma y teatro” para promoverse. La diferencia radico en los medios, ya que mientras los objetivos de los americanos fue su propio gobierno, concretamente el ejército norteamericano, los europeos se dedicaron a deleitar a las masas, sobre todo a las pudientes, para vender sus aviones. Mientras que los mexicanos buscaron quien les hiciera caso, ya fuera el gobierno o algún mecenas que les facilitara los recursos para sus proyectos.

No obstante la “fiebre” por volar llevó a aquellos a la compra de aviones con el proveedor que fuera, sin importar el constructor. Resultando mas rentable el comprar que el invertir en el desarrollo de una industria aeronáutica propia, como ocurrió en nuestro país.

Así, afortunadamente o quizá lo contrario, llego la guerra, en la cual y a pesar de sus detractores, la aviación paso a causar alta en los servicios bélicos; en los Estados Unidos está se incorporo al agrupamiento de señales, en Europa paso directamente de la observación al ataque, ya que los pilotos e inventores se apresuraron a adaptar armas ofensivas a los aparatos.



En México, pese a tener un escenario similar al frente europeo, de los proyectos nunca se paso, ya que aun cuando Díaz designo un par de aspirantes a aviadores, estos regresaron cuando este Presidente había abandonado el país; Madero también promovió entrenar y adquirir aeroplanos, proyecto que prospero un poco mas pero a final de cuentas solo quedó en propósito. No fue sino hasta la llegada de Venustiano Carranza cuando el objetivo se clarifico y tomo forma dando origen al “Arma Militar de Aviación”, antecedente directo de nuestra Fuerza Aérea Mexicana.

Dicha arma se concebido como un proyecto integral, dentro del esquema seguido en el desarrollo de la aviación, desafortunadamente y como en todas las carreras, otros países ya nos llevaban la delantera y simple y llanamente poco se impulso el desarrollo de aviones nacionales. Pasando a ser una nación dependiente de equipos aéreos, hasta la fecha.

Así las cosas, nuestra aviación militar no ha despegado, actualmente nuestros recursos aéreos son limitados, las aeronaves tipo jet esta compuesta por solo 5 aviones F-5, ya en espera de una actualización. Y solo tenemos rumores que van y vienen de nuevas adquisiciones, y aunque en estos últimos meses se ha visto el arribo de equipos de carga (CN-295 y C-27) esto no basta ya que nuestro territorio demanda más equipos de carga con amplia capacidad y operatividad en cualquier circunstancia, en materia de defensa considero que con los PC-7 no es suficiente, ya que es mucho territorio para pocos aviones.

Ahora bien países como Argentina, Brasil, Chile, etc. Han adquirido equipos de reciente mano factura y se han empeñado en su mantenimiento integral, ¿Qué pasa en nuestro país?, al parecer seguimos en el camino de pensar que la aviación ocupa un papel secundario (o mas alejado aun) dentro de las fuerzas armadas.

Pero en fin, aun así expreso mí mas alto reconocimiento y agradecimiento a todos esos hombres y mujeres del aire, que día a día, (así sea desde los escritorios) se encargan de que la FAM continúe prestando servicios a la sociedad civil. ¡Felicidades a todos ellos!