martes, 25 de septiembre de 2018


Nuevo y viejo aeropuerto: breve comentario personal…

Recordando una última clase en mis tiempos de estudiante, vino a mi mente un comparativo histórico que presenté sobre el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Lic. Benito Juárez” (AICM), para aquella exposición, recuerdo, hice mención a los orígenes y problemáticas que este espacio ha enfrentado desde sus orígenes y hasta aquel momento, hoy, ante tanta turbulencia que genera la ubicación de este sitio, esbozo una opinión breve acerca de dicho lugar. 


Como es de todos conocido, la transportación aérea se ha convertido en una de las actividades que más derrama económica deja a las diferentes empresas e industrias que se ven involucradas en el sector, ya sea de manera directa o indirecta. De manera directa tenemos todas aquellas involucradas en el sector aeronáutico, desde las aerolíneas hasta los servicios que se brindan dentro del aeropuerto o a bordo de las aeronaves, de forma indirecta, estarían todas aquellas que coexisten gracias a la actividad aérea, así, desde el envío de paquetería, viajes de negocio o placer, hasta transportación de ciertos productos, pasan por el AICM.


Ahora bien, ¿Qué implica cancelar la obra que se desarrolla en este momento? Por un lado, cumplir una promesa de campaña que el señor Andrés López Obrador anuncio con gran boato ante sus seguidores, esto bajo el argumento de considerarlo inviable, oneroso y opaco, no debatiré esas posturas en este momento, solo diré que lo peor que un Presidente puede hacer,  es no proveer de infraestructura a la nación que encabeza, ya que las personas se van, pero las obras perduran y entiéndase que la aviación en nuestro país, así como en el mundo, crece y se moderniza a ritmos muy acelerados, tocaré esto más adelante.


Siguiendo con las implicaciones de cancelar está obra, se hace necesario tocar el tema de la ecología de la cuenca, recalcando este último terminó, en la cual se asienta la Ciudad de México (CDMX), debemos reconocer el enorme grado de destrucción que ha padecido en tan solo dos siglos.


¿A qué me refiero? sin en este momento pudiéramos entrar a uno de los maravillosos cuadros del pintor mexiquense José María Velasco (1840 – 1912) no daríamos crédito a la cantidad de lagos, ríos, bosques y llanos que la cuenca tuvo, mismas que por obra y gracia del desarrollo social y urbano se perdió irremediablemente, ejemplo de ello el lago de Tlahuác, acaecido desde los años cincuenta y rematado con la casi reciente puesta en función de la terminal del Sistema de Transporte Colectivo Metro línea 12, que ocupa lo que otrora fuera una zona de chinamperio milenario.

Vista del Valle de México, obra de José María Velasco, WikiMexico.com


Por otro lado, el aire que se respira en la ciudad está altamente plagado de contaminantes provenientes de automotores, fábricas y de la zona en cuestión, para entender esto, es preciso observar desde un punto elevado de esta capital hacia lo zona del aeropuerto, durante los meses de fuertes vientos, se aprecia una oleada de polvo proveniente del Valle de Texcoco, este fenómeno ha sido recurrentes a lo largo de la historia de la cuenca, si alguien se pregunta el uso de este término, la explicación es simple, la ciudad se construyó sobre una cuenca lacustre que abarcó desde Cuautitlan y Zumpango en el Estado de México, hasta Xocimilco y Tlahuác en la zona sur de la CDMX.


¿Qué relación tiene esto con el aeropuerto y su impacto ambiental? La respuesta es simple y compleja a la vez, los remanentes de aquella zona lacustre de México, se empleó como vertedero de aguas negras, mismas que asentaron enormes cantidades de contaminantes en los lodos que se acumularon durante más de un siglo, con la desecación, todo ese material se ha diseminado por efecto del viento sobre la ciudad, acarreando enfermedades y padecimientos crónicos como el asma.


Así, al ocupar los terrenos que abarcaría el nuevo aeropuerto, se disminuiría las tolvaneras que han agraviado a la ciudad durante siglos y que han sido el vehículo de transporte de partículas suspendidas, toda vez que, los lodos contaminantes quedarían bajo la construcción de pistas y calles de rodaje y de acuerdo con el proyecto, los espacios adyacentes serían equipados con áreas verdes; proyecto que por cierto existió desde la década de los setentas y que solo rescató el lago “Nabor Carrillo”.  

Por otro lado, mucho se habla de las afectaciones que han sufrido habitantes de las poblaciones cercanas a la obra, lo cual liga el problema de ambiental con el desarrollo urbano, factor que desde sus orígenes ha ido encajonando al aeropuerto en zonas críticas para su desarrollo.

Desde que en de 1910, cuando Alberto Braniff introdujo la aviación a nuestro país, requirió de un espacio apropiado, así que empleo los llanos de la ex – hacienda de Balbuena, de ahí en adelante, aquella zona se ocupó como un espacio para la aviación militar y civil. Sin embargo, la imposibilidad de poder operar de manera conjunta, sumado al desarrollo técnico y tecnológico de la aviación, llevó a separar las actividades aéreas, por el lado militar, se llevaron a la ex – hacienda de Santa Lucía en Tecámac Estado de México y las civiles al actual AICM, mismo que a lo largo de su historia, ha tenido que “ceder” grandes porciones de su superficie, en favor del desarrollo urbano y de infraestructura que él mismo requiere.


Por desgracia las zonas circundantes al puerto aéreo, desde finales de los años sesentas e hasta los ochentas del siglo pasado, antes fangosas y deshabitadas, depositarias de aguas negras, poco a poco se fueron convirtiendo en  zonas marginales, es el caso del municipio de Chimalhuacán, tristemente recordado por su lideresa María Eulalia Guadalupe Buendía Torres  “la loba” o las colonias “el arenal”, “Pantitlán” y el propio Municipio de Nezahualcóyotl, que han contribuido al deterioro del entorno, y aun cuando actualmente algunas de estas ya son zonas desarrolladas en el tema urbano, aún existen asentamientos sin servicios y creciendo sobre áreas inapropiadas para vivir.



Ubicación del municipio de Chimalhuacán y su proximidad a la zona del aeropuerto. Google maps


Misma situación ha ocurrido con la zona de Texcoco, Ecatepec y el propio Tecámac, que otrora fueran puntos sumamente distantes de la Ciudad y hoy ya forman parte de la zona conurbada de ésta, este ahorcamiento que ha padecido el aeropuerto, no solo complica la relación con la sociedad, que, al no tener presente la importancia de su existencia, se deja llevar por discursos mediáticos que lo exponen como algo banal u oneroso.
Mención aparte merece la visión de la contraparte, esto es, el sector aéreo, mismo que al verse inmerso en medio de una urbe tan grande como lo es la Ciudad de México, debe hacer “malabares” para que cada operación se lleve sin contratiempos.


Seguramente muchos nos hemos deleitado viendo el ir y venir de aviones por encima de esta ciudad, como fue el caso del Concorde en los setentas y parte de los ochentas o actualmente con el A-380, sin embargo, pocos saben las condiciones en las cuales vienen estos vuelos y que muchas veces han estado a punto de provocar alguna catástrofe; debido a esta situación, a mediados de los noventas, la autoridad aeronáutica retiró del aeropuerto capitalino la aviación particular, taxis aéreos y demás operadores que emplearan equipos de pequeñas dimensiones, con ello se liberó espacio para la maniobras de equipos más pesados y modernos, toda vez que hasta esa restricción, en el aeropuerto de la CDMX, convivían las mal llamadas “avionetas”, junto con aviones de  las décadas de los cuarentas y cincuentas, las cuales retrasaban el despegue o aterrizaje de aviones como el Jumbo 747, Dc-8, Dc-10, etc.


En este momento, la actividad aérea vive un auge en constante cambio, lo que obliga implementar fuertes medidas de seguridad para las operaciones en el espacio aéreo de la capital y la convivencia con las zonas urbanas complica esta simbiosis. En meses previos a la controversia que desató el candidato izquierdista, la polémica entre aeropuerto y ciudadanía tuvo su momento más álgido cuando se modificó la radial de aproximación, esto es, se cerró más “la vuelta” que los aviones deben de dar sobre la ciudad para tomar su aproximación final a tierra, toda vez que los habitantes de las zonas del suroeste de la ciudad de la noche a la mañana se desayunaron con que los aviones pasaban más cerca de sus casas, aspecto que causo incomodidad a la población; situaciones de esta índole se harán más frecuentes conforme aumente el ritmo de aeropuerto, a la par que la mancha urbana crezca más, ello obliga a que el aeropuerto vuelva a salir del entorno urbano, la pregunta es ¿a dónde?


Ya en los años cincuenta se tuvo un primer indicio de lo que ocurriría de no respetar los espacios, pero como siempre, la cultura mexicana dejó para el último la prevención que el aeropuerto y la urbe crecerían, lo que llevo a postular soluciones “de bote pronto”, en los ochentas hubo un primer intento de expandirlo, proyecto bastante integro pero que por desgracia no fructificó y no solo complicó más la situación. En dicho plan se buscó proyectar hacia lo que fue la laguna (de aguas negras de Texcoco) las pistas e instalaciones aeroportuarias, lo cual hubiese permitido el crecimiento de este espacio hacia la actual zona en conflicto, sin embargo, del papel nunca salió dicha propuesta.


Con la llegada de la primera alternancia al Partido Revolucionario Institucional (PRI) el entonces presidente Vicente Fox Quesada, intentó construir sobre los llanos de Atenco la nueva sede aérea, no obstante la reacia resistencia de los habitantes, echó por tierra ese nuevo proyecto, mismo que pudo solucionar la saturación del espacio aéreo y servir de punto de desarrollo a zonas que en estos últimos años, de las cuales, algunas han dejado de ser zonas agrícolas para convertirse en zonas habitacionales, favoreciendo el crecimiento de la voraz mancha urbana.


¿Qué hacer? Si la capital de la nación aspira a tener las facilidades de un aeropuerto, debe continuar con el proyecto actual, aunque, a la ya sumada lista de “peros” que tiene la obra, se debe añadir una fuerte labor de convencimiento por parte de sus detractores, con la más clara intensión de imponer su voluntad sobre los intereses reales de la nación, es, pienso más importante advertir y trabajar sobre lo que la obra representa en aspectos de empleo y desarrollo, por lo que es, imprescindible borrar esa cauda negra que la nueva política está tendiendo sobre este proyecto.


Ante su propuesta de convertir la Base Aérea de Santa Lucía ó Base Aérea Militar N.º 1 “General Alfredo Lezama Álvarez” en un aeropuerto civil, se deben tener muchas consideraciones. Principalmente que a corto y mediano plazo generará los mismo conflictos, ya que la zona de Tecámac aún conserva parte de ejidos de uso agropecuario, con fauna y flora local, como conejos, tuzas, serpientes, aves canoras y rapaces, murciélagos, etc.,  mismas que se condenarían a su extinción de llevarse a cabo el proyecto “Lucia”, lo anterior debido a que no solo se ocuparía la BAM 1, sino como mínimo se requeriría un radio de entre 2 a 3 kms., para desarrollar infraestructura y zonas urbanas apropiadas para dar cabida al aeropuerto.


Lamentablemente, el impacto ecológico es inevitable, solo que, una obra bien desarrollada, puede frenar a largo plazo el deterioro del entorno, mientras que, como ya se ha demostrado en muchas áreas del país, el surgimiento de nuevas zonas urbanas, mayoritariamente irregulares, acabará con lo que tenga en frente sin mediar en el impacto que el cambio a uso urbano tenga en tierras hasta ahora aun con posibilidades de servir de barrera ecológica.

Vaticino que, de no concretarse la obra actual, en unos cuantos años esos terrenos y aquellos que se hallen cerca del lecho seco del ex – lago de Texcoco, pasarán a ser asentamientos de una ciudad que no para en su crecimiento, algo muy fructífero electoralmente hablando, pero devastador para una megalópolis como la Ciudad de México.



Pastizales aun presentes en el área de Tecámac, en las proximidades a la base áreas. Google maps.



Por otro lado, el actual aeropuerto se concibió para operaciones de aviones que ya no existen más, la nueva ingeniería en aeropuertos obliga a crear espacios que no sean estáticos, como ocurrió al de esta ciudad, sino dinámicos, esto es, que crezcan y se adapten a las nuevas tecnologías del transporte en cuestión. 
Como indique antes, el avance en materia de ingeniería aeronáutica avanza a pasos cada vez más grandes y México no debe, nuevamente, perder la oportunidad de entrar de lleno al mercado, ya sea como diseñador, desarrollador o constructor de aeronaves y sus implementos, para lo cual es preciso desarrollar espacios que brinden la posibilidad no solo de ser puerto de arribo y partida de viajeros y carga, antes bien es necesario pensar en tener y desarrollar centros de mantenimiento y desarrollo de la industria aeronáutica en todos sus aspectos.


Por desgracia las opciones se acaban para a CDMX y pensar en el plan de llevar las actividades aéreas a Tecámac comprometería, además de lo ya expuesto, un punto importante para el sector militar, ya que se perdería la base operaciones de los escuadrones de transporte de ala fija y rotativa, que permiten, en caso de emergencia, activar los planes DN-III-E y Marina. Toda vez que, desde la base de Santa Lucía se despachan los puentes aéreos dentro y allende de las fronteras de México.
En este punto es necesario tener presente que, el régimen elegido en los comicios del 2018, guarda fuertes desasosiegos con la institución castrense y el obligar a que la Secretaria de la Defensa Nacional entregue al ámbito civil una de sus más preciadas instalaciones, es una afrenta a los militares y un acto autoritarismo por parte de la nueva autoridad pública, misma que al no tener apego a la vida institucional de un Estado, poco le importa debilitar a esta institución, que dicho sea de paso, es un objetivo del nuevo régimen.




Tropas embarcando para la aplicación del Plan DN-III en la base aérea de Santa Lucia. Milenio.com





Finalmente, como mencioné, el tiempo se acaba y se debe ser inteligente ante la postura que se tome, reitero, un Presidente debe de ver por los intereses de la nación, más aún cuando éste ya fue alcalde la ciudad que requiere un aeropuerto eficiente y duradero, ¿Qué vale más, rescatar un entorno que se ha convertido en una zona gris o empezar a destruir una zona que aún se puede preservar?
Todos los que conocen de historia entenderán que los procesos históricos están marcados por fuertes y profundas rupturas, pero también deben tener presente que muchas decisiones, aun y cuando afecten de momento, bien pueden significar un atino hacia los tiempos venideros. El arrebato y apasionamiento deben tomarse con cuidado, ya que los ímpetus desbordados pueden conducir a tragedias, en cambio las decisiones tomadas con aplomo y consciencia, pueden significar un avance importante en el desarrollo de la sociedad.
En este mismo tenor, la comunidad debe asumir un papel más inteligente, debe comprender que todo cambio es una afectación y que la férrea oposición a éste solo conlleva al atraso, el grito de “la decisión está tomada el aeropuerto a la chi…..” es el más claro reflejo de la pobreza mental y falta de consciencia de un pueblo, mismo que no mira más allá de sus propios intereses, lo triste es qué, sí ese es el pueblo y así su gobernante ¿Qué tipo de Estado podrán construir? Si esa férrea aberración hacia el avance y el miedo a progresar los lleva no aceptar que el futuro ya está aquí y sus cambios son impostergables.

jueves, 12 de diciembre de 2013

La debatida Reforma Energética


Mucho se esta hablando de la Reforma Energética y lo único real es que todos perdemos con ella, ya que como usuarios  poco a poco hemos entregado el control y la autonomía de este sector a unos cuantos mexicanos, que han socavado y mermado las  empresas encargadas de proveer de energía al país.

Por otro lado, la solvencia que la producción de energéticos ofrece en otros países, aquí se ha estancado al ser únicamente de la administración estatal, esto ha llevado a que el monopolio crezca y reduzca la capacidad de crecimiento que empresas como Exxon, Texaco, Mobil, etc., tiene gracias a su libertad de estar manejadas por empresarios.

Pero mi comentario no gira en este entorno, pues este espacio es para la historia de la aviación y por ello es justo reconocer como en este sector, las principales productoras de energéticos del país han visto reducido hasta casi desaparecer su poder aéreo.

Así es, la flota de PEMEX se ostento como una de las mas grandes y nutridas de la aviación federal a finales de los años ochenta y mediados de noventa. Ya que operó desde aviones pequeños, tipo jets ejecutivos, hasta un enorme L-100-30 (versión civil del C-130 Hércules), este último aun se puede ver volando, ya que al terminó de su contrato con la paraestatal pasó a la flota de la Fuerza Aérea Mexicana.




            (Así lucia de civil este L-100-30, que ahora esta incorporado a la Fuerza Aérea Mexicana)
                                                                Foto: airliners.net


Su base de operaciones estuvo aun costado de la plataforma Presidencial, en el AICM, desde ahí se podía ver aviones como el Foker F-27 (ex FAM), helicópteros  Bel 202, 212, Aeroespatiale Puma y Súper Puma, etc., de aquí se desplazaba personal y equipo a las zonas con explotación petrolera, de igual manera en aeropuertos como el de Veracruz, Tampico, Campeche, era frecuente ver diversas aeronaves de ala rotativa y fija que enlazaban tierra firme con las plataformas petroleras. Incluso existieron helicópteros ambulancias en las refinerías como la  de Tula.
Posteriormente con la descentralización del aeropuerto, la base se desapareció y la flota muy posiblemente se dispersó entre otras dependencias gubernamentales y privadas, como fue el caso del Hércules. En su lugar quedó  un cuartel de los Guardias Presidenciales de la Armada de México y con la construcción de la T2 se desapareció definitivamente.

Por otro lado, la CFE ha operado también un número considerable de aeronaves, sobre todo en modalidad de carga y equipos de ala rotatoria, su hangar fue mas pequeño que el de PEMEX, pero aun así tuvo gran actividad aeronáutica, ocupó entre otro tipo de aviones un Electra, Convair 580, Douglas DC-3 y Dc-4 (ex Mexicana) y de helicópteros empleó desde Bell 47, 202, Aeroespatiale Puma, MD 902, etc.,  sobre todo para la transportación de personal y elevar estructuras de torres de alimentación.




                                                       Aeroespatiale AS-Puma en el MUTEC


Todavía era posible observar parte de la chatarra, perdón, de la flota de CFE en el MUTEC, ahí estaban expuestos dos helicópteros que sirvieron para la construcción y revisión de las líneas de alimentación de esta empresa; es mas para aquellos que les guste la sopa Maruchan, pueden observar en uno de sus comerciales a un piloto que se come una de estas sopas a bordo de un helicóptero Bell propiedad de CFE, y para aquellos que viva cerca de torres de energía de alta tensión, no les extrañe ver de ves en cuando un helicóptero sobre volar estas estructuras para ver que todo este en orden.



Hermosa imagen, de un DC-4 con los colores de PEMEX aterrizando en el AICM y al fondo un DC-10 de                                            Aeromexico con su cromática setentera. Foto: airliners.net



Sin embargo, administración tras administración, se han encargado de hacer que estos servicios sean asignados a empresas privadas, no se bien, si en favor de la economía de la empresa o como una forma de reducir la plantilla laboral de las mismas, pero lo que es un realidad es que poco a poco estas empresas (PEMEX y CFE) han dejado en manos privadas la administración de sus servicios de transporte aéreo.

Esto me lleva a pensar en que la actual reforma que se pretende implementar no nació en este sexenio, mas bien surgió dese hace ya varias décadas, pero en áreas que no apreciábamos con facilidad y que como ocurre en todas partes, al irse acabando los recursos, se esta poniendo a la venta todo lo que se pueda. Pero esa discusión se la dejo a los politólogos y economistas.





Un helicóptero Bell 407 que actualmente emplea CFE para traslado y revisión de líneas, presten atención  que la matricula es XA, indicativo que se trata de una aeronave privada, si esta fuese del servicio federal, la inicial debería ser XC. Foto: airliners.net



Yo me quedo añorando mis recuerdos de la plataforma aérea de Pemex y de CFE, contemplando como aquellos vetustos aviones llevaban en sus entrañas, tubos, cajas, maquinas, personal, etc., a las zonas que requerían expandirse o donde se hacia una nueva exploración. Y dejó a la reflexión, como la aviación ha estado presente en casi todas las áreas de gobierno de este país y poco a poco se desdibuja, al igual que las secretarias que se sirvieron de ella por mucho tiempo.


Gracias.









viernes, 20 de septiembre de 2013

Alas de Esperanza...

Nuevamente, las Fuerzas Armadas son exigidas a su máximo, y si, se bien que a muchos no les agrada esta postura, pero en realidad es interesante observar como la disciplina, el esfuerzo y la fortaleza de los hombres y mujeres del ejercito permiten dar apoyo a quienes lo requieren.

Y justamente hace 28 años el ejército fue duramente criticado por su postura impávida ante la tragedia del sismo de 1985. En aquella ocasión, debo reconocerlo, nuestras fuerzas militares no sabían que hacer, únicamente montar guardias y prevenir enfrentamientos.

Pero a lo largo de todo este tiempo los miembros de esta institución, así como los altos mandos han delineado una serie de estrategias que han permitido hacer frente a situaciones realmente fuertes.
Como resultado de esta evolución de sus estrategias, se crearon el plan DN-III y el Plan Marina, que aglutinan una serie de procedimientos para poder identificar, contener y resarcir los daños provocados por cualquier agente perturbador.

Desgraciadamente, la falta de interés por fomentar la Protección Civil a nivel sociedad y el oportunismo político han facilitado que las desgracias aumenten en victimas y en costos para la federación y por ende para nosotros.Este desinterés genera que instituciones como el Ejército, Fuerza Aérea y Marina empleen los mismos recursos para todo tipo de operaciones, lo cual causa desgaste y deterioro de vehículos, herramientas y compromete la seguridad de los miembros de la institución y de las victimas.

Como ejemplo de esta situación,  tenemos el Escuadrón de Transporte Logístico 502 de la Fuerza Aérea Mexicana, compuesto por maquinas que pertenecieron a Mexicana de Aviación y vieron sus años de gloria en las décadas de los años setenta y ochenta., y cuyo mantenimiento es muy costoso ya que la línea de producción de estas aeronaves cerró a mediados de los noventa.

Los equipos a los que hago mención son los veteranos Boeing 727-100 y 200, que hemos visto desfilar o en eventos muy destacados,  acompañados por otros veteranos del aire, los F-5. Esta situación en lo personal me preocupa, ya que estas maquinas aunque aun serviciales, ya no están en su mejor momento y podrían (espero que no se de el caso) generar accidentes de consecuencias graves.



Boeing 727 - 200 Ex Mexicana de Aviación



Otro caso es de los veteranísimos C-130 Hércules, los cuales se vieron fortalecidos en los  años 2005 a 2006 con aeroplanos traídos de Inglaterra e Israel.  De aquellas maquinas solo subsisten 2 en condiciones de vuelo, el resto esperan el desguace en la base aérea de Santa Lucia en el Estado de México.

C- 130 en proceso de baja
Todos estos aeroplanos que he mencionado se han convertido en los caballos de batalla para los diferentes puentes aéreos en todo el territorio nacional. En honor a la verdad, el gobierno y altos mandos tanto navales como militares han adquirido equipos de ultima generación, como los CASA 295 y el SPARTAN de Alenia, que representan un paso en la modernización de los equipos aéreos, no obstante considero que es urgente que las autoridades fijen una posición abierta a renovar al cien por ciento las flotas de aeronaves y mas aun de cargueros pesados. 

Spartan de nueva adquisicón

Este año el alto mando notifico sobre la salida de servicio del IAI Arava, el cual fue coequipero de los C-130 y voló en arduas misiones a lo largo de sus treinta y tantos años de servicio en el país, la pregunta es ¿Quién los reemplazara?


El "Aguacate" IAI ARAVA

Sumado a esto surge otra inquietud, si únicamente tenemos dos Hércules, cinco B-727, que pasara en el futuro próximo cuando se vuelva a requerir establecer puentes aéreos en terreno nacional o internacional, recordemos el caso de Haití, como podrá ser transportada la ayuda, equipo y personal hasta las zonas siniestradas.

Espero no volver a los tiempos de Santa Anna, cuando todo se hacia a lomo de mula, no obstante la intención de esta nota no es criticar a los valientes hombres de las instituciones militares,  mas bien exponer ante quien lea este trabajo, que aunque sea uno de tantos mexicanos, esta al pendiente de las necesidades de sus fuerzas armadas, las cuales como dije y seguiré manifestando son:

        LA GRAN FUERZA DE MÉXICO


Gracias...

JHernandez.



  

domingo, 30 de junio de 2013

Recomendación literaria: Cielito lindo

Cielito Lindo
Jesús Hernández




La Segunda Guerra Mundial es uno de los acontecimientos que más ha cautivado a la imaginación de autores; gracias a lo cual y a través de sus obras podemos percibir una amplia gama de sentimientos, acciones y acontecimientos, que lo mismo estrujan la más profunda antipatía hacia la cerrazón de la guerra o exaltan los más altos rasgos de humanidad que una catástrofe así puede generar.

Dentro de las obras que nos llevan a conocer esta etapa de la historia, surge un relato que nos invita a conocer cómo la Guerra Mundial afecto a nuestra sociedad, misma que debemos recordar se encontró en la transición de una guerra intestina, hacia una pacificación que prometió ser la solución a los problemas de atraso que se sufrió desde inicios del siglo XX.

Gracias a la pluma de David Martín del Campo y a su obra Cielito Lindo, podemos conocer cómo nuestras fuerzas armadas se prepararon para incorporarse a la larga lista de hombres que combatieron en los diferentes frentes de este importante episodio. De esta manera en una perfecta mezcla de elementos reales y ficticios, el autor nos va conduciendo a través de las vivencias que el casi mítico “Escuadrón 201” tuvo en su travesía hacia el frente del Pacifico, concretamente a la isla de Filipinas.
Así el escritor nos relata aquellos sucesos que muchas veces no se reportan en los partes militares y comunicados oficiales y que más bien se deben buscar en las voces de aquellos que fueron los protagonistas. De esta manera y tomando como base la historia de la FAEM (Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana), mejor conocido como el “Escuadrón 201”, el autor recrea los preparativos para esta misión, en donde existió todo un proceso fuerte, formal y desgastante para que nuestros soldados combatieran fuera de las fronteras mexicanas, proceso en el cual no estuvieron exentos de sucesos tan humanos como el amor, la amistad, la fraternidad, dejándose ver de vez en cuando la psicología de cada uno de los integrantes de este grupo, exponiendo así sus miedos, traumas y formas de ser.

En este tenor, el relato fantástico se escribe a través de lo que podemos considerar la memoria colectiva del grupo y tomando una de tantas narraciones que surgieron entre aquellos hombres, el autor se enfoca en la vida del Capitán Alberto Cantú, el cual nos expone a través de su diario personal el acontecer en el entrenamiento, en el frente de batalla y en su vida personal. Es en esta parte donde surge una historia de amor entre Cantú e Idalia, habitante de aquella región, quien se convierte en la amante de nuestro protagonista, con la cual él redescubrirá y valorará su existencia, a un grado tal de tener la disyuntiva de volver o quedarse en aquellas latitudes. Sin embargo, la trama nos conduce a un final que estremece y nos obliga a reflexionar sobre las decisiones que por amor o por deber tenemos que tomar.

Dentro de los datos históricos desfilan en este escenario personajes llanos que únicamente sirven para dar cuerpo a la obra, así como importantes protagonistas de nuestra aviación militar, baste con nombrar a Juan Aldasoro, pilar de la industria aeronáutica nacional, así como a los miembros más recordados de esta expedición como Fausto Vega Santander, Mario López Portillo, etc.

Con una trama muy entendible y llena de referentes que facilitan la ubicación temporal de la obra, el autor pinta los escenarios por los cuales el protagonista y el resto de los personajes enfrentaron no solo al enemigo militar, sino a la misma soledad y el miedo de caer fuera de la tierra que los vio nacer. Así, poco a poco se presentan al lector las hazañas y sinsabores que el grupo enfrentó en medio de una tierra extraña, donde no solamente acataron órdenes de los superiores, también dieron cumplimiento a lo que les dictó su corazón.

Aquellos que gustan de acciones militares, y sobre todo, aeronáuticas, podrán deleitarse al casi poder oler y saborear el humo de los motores, el calor de los disparos y la angustia de los accidentes que este escuadrón tuvo dentro de su participación en aquel teatro de operaciones. Personalmente, leer este material y al confrontarlo con las fuentes disponibles para el estudio del Escuadrón 201, fue una experiencia en la cual casi se pueden tocar aquellos legendarios aviones P-47 Thunderbolt, con los cuales combatieron aquellos hombres. Sumado a esto y con la ayuda del autor, es posible trasladarse a aquel momento, sentir el calor de la selva y percibir el olor a vegetación de las Filipinas. A manera de colofón, al terminar la guerra, Cantú regresa a su país donde enfrenta un juicio que se impuso a sí mismo, debiendo callar por años su vida en Filipinas, a fin de continuar con un matrimonio que dejó al partir al frente. En este proceso, el autor mantiene en angustiosa espera al protagonista, quien finalmente abandonará esta vida en medio de dos amores, cargando fuertes remordimientos y con un deseo de volver a Filipinas a reconstruir aquella historia con Idalia.


Finalmente debo comentar que este autor hace una importante aportación a la historia de nuestro país, ya que la novela histórica no solamente nos permite conocer los acontecimientos a los cuales está refiriéndose, también da voz a aquellos que participaron directa o indirectamente en dicho momento. De esta manera, aquellos que buscan desmitificar un poco la actuación del 201 en las Filipinas, no sólo encontrarán en este libro una ventana para descubrir este episodio en el que México se inscribió en la historia Mundial, sino que también podrán deleitarse con las voces, los sonidos, los olores y los sabores de la época, una época que se aleja más de nuestra realidad y que gracias a este texto deja el territorio de la leyenda para ocupar su sitio dentro de la historia formal.

Del Campo, David Martín. Cielito Lindo. México, Planeta. 2000. 222 pp.

martes, 18 de septiembre de 2012


Majestosas aves que surcan el cielo…


Una vez mas y después del preámbulo que fue la exhibición área en la base de Santa Lucia, este 16 de septiembre nos deleitamos no solo con la marcialidad y disciplina de las fuerzas armadas, que por tierra están prestas a acudir al llamado de la nación, también los cielos se estrujaron con el rugir de turbinas, turbo hélices y rotores, que hicieron elevar la vista a mas de uno.

Esta mañana del 17 de septiembre, 24 horas después del desfile militar, los diarios de circulación nacional y la televisión, mostraron espectaculares imágenes de las formaciones que las  aeronaves de la FAM, Armada y policía Federal ejecutaron. Es loable que pese a las carencias de equipo, mantenimiento y programas de modernización, siga existiendo el interés por hacer de nuestra aviación militar  el brazo fuerte de las fuerzas federales.

Destacaron como desde hace mas de 20 años los viejos pero rudos F-5 Tigre, que al paso escoltaron a otro ya venerable miembro de la FAM, un honorable Boeing 727 – 100, cuyo máximo atributo es ser “combi”, esto es poder transportar carga y pasaje.

Los mas lucidos, por su cantidad, fueron los PC-7 pilatus, que pese a ser un entrenador, han cumplido ya algunas misiones de combate y que año tras año zumban como mosquitos sobre el cielo de la capital.
Dentro de las nuevas adquisiciones, podemos destacar cuatro avioncitos turbohélices conocidos como TEXAN II, herederos de una larga tradición como aviones patrulla, combate y entrenamiento. Dicho sea de paso lo de “avioncitos” es únicamente por su tamaño ya que volarlos requiere una enorme habilidad y destreza, puesto que su desplazamiento supera los 700 Km/h.

Las alas rotatorias también dieron muestra de las habilidades de los pilotos helicopteristas de las diferentes áreas, ya que se pudo ver en vuelo aeronaves de tres nacionalidades diferentes. Por un  lado los Cougar de nacionalidad francesa, el MIL MI soviético y el Black Hawk norteamericano. Quien lo fuera a pensar dos acérrimos enemigos volando en el espacio aéreo de un país neutral.

El brazo fuerte y mas espectacular de las pasadas aéreas corrió a cargo de los Alenia Spartan, de nueva adquisición, los CN – 295 que ya tiene unos dos añitos aquí en el país y por su puesto de su majestad el poderoso C-130 Hércules, el cual a pesar de su reducido numero en nuestra aviación militar constituye el eje fundamental  para el  desplazamiento que la carga y equipo del ejercito requiere; lo cual quedó demostrado horas mas tarde de terminado el desfile, ya que se pudo ver aun par de estos aviones continuando con su dura labor, llevando y trayendo la carga que se les asigna; demostrando así que pilotos, personal de tierra y estas venerables aves,  están preparados  para emprender una misión mas en cualquier momento y condición.

Agradecemos infinitamente al encargado del clima que las condiciones meteorológicas hayan permitido que en la parte noroeste   de la zona conurbada, los contingentes de toda el ala fija pudiesen mostrar la fuerza que cada maquina tiene. Así se disfruto de los PC-7, los TEXAN y los pesos pesados de nuestra aviación.
Debo ser sincero y agradecer a las administraciones Panistas el volver a otorgar a los agrupamientos aéreos la autorización de volver a participar en los desfiles y ruego  porque el nuevo gobierno no solo confiera continuidad a este tipo de eventos o a la exhibición de La Gran Fuerza de México, sino que apoye aun mas a la aviación militar mexicana, la cual dicho sea de paso aun no esta como la anhelaron Villasana, los Aldasoro o el mismísimo Roberto Fierro, quien dio la entrada a los primeros Jets en nuestra Fuerza Aérea.


Finalmente un reconocimiento a todos los hombres y mujeres que forman parte de las fuerzas armadas, en especial a los que están al servicio de la aviación ya que tiene una de las profesiones más hermosas que puedan existir. Ojala y el ejemplo de disciplina, entrega, compromiso que dan en cada ejecución, sea imitado por los jóvenes de nuestra nación. Ahora si como colofón,  un gran reconocimiento al personal de tierra, principalmente los mecánicos, por su ardua labor por hacer volar equipos tan rústicos como los B-727 o los F-5; que dicha poder ensuciarse las manos con la grasa de un motor, aspirar el olor a turbosina quemada, acariciar la suave, tersa y fría textura de la lamina, apretar con suavidad pero con firmeza el gatillo de una remachadora y hurgar en las entrañas de esas magnificas aves que a todos nos sorprenden.  

Gracias…

C-130 Hércules







lunes, 10 de septiembre de 2012


Mostrando la fuerza

T-6 Texan II
El pasado 25 de agosto, las fuerzas armadas mostraron el “musculo” al exhibir en la base aérea de Santa Lucia parte de lo que son capaces. De igual manera mostraron al publico asistente la dicotomía entre el pasado el futuro, ya que a la par de los viejos, pero no por eso menos majestosos F-5, el cielo de esta región se estremeció con los nuevos y recién desempacados T-6 (Texanos) sucesores de un entrenador importantísimo no solo para la FAM sino para buena parte de las fuerzas aéreas del mundo.

MIL MI 26
Así mismo para deleite del público, los militares en esta ocasión se permitieron acceder a las naves de la exhibición estática, con lo cual las familias echaron, literalmente, a volar la imaginación. De tal manera  los chicos y grandes  pudieron sentir de cerca al helicóptero mas grande del mundo (Mil Mi – 26) y al mejor carguero que la guerra de Vietnam pudo heredar, el famosísimo C-130.








Es una lastima que en un país donde la aviación es altamente necesaria, las partidas presupuestales frenan el poder tener una efectiva arma aérea, ya que en mi opinión es necesario re conformar y armar pertinentemente a la FAM.

Alenia Spartan
 Así deberíamos de tener de mínimo:
20 C-130
20 Spartan
15 CN 290
25 F-5 nivel BR
10 B-737
25 Tucanos
60 Black Hawk
40 Cougars
40 CH 53




Finalmente y como lo vaticine, el viejo B-727 (la 10503) ya no estuvo este año, y creo que nunca mas se le volverá a ver, ahora cada vez que me tome una coca cola pensare que ahí esta parte de ese avión. No obstante para alegría y sorpresa de su servidor, como parte del espectáculo aéreo la única sobreviviente de aquel pasaje de mi vida, rugió por los cielos escoltada por los F-5 tigres un B-727 mejor conocida como 10504.
Gracias…

domingo, 12 de febrero de 2012

Un día de la Fuerza Aérea, sin la Fuerza Aérea.

97 años han transcurrido desde que se decreto la creación del Arma Militar de Aviación, la cual se formo con mas empeño que recursos, pero aun así se dio a la tarea de dar alas al ejercito mexicano en un momento donde el sistema político de nuestro país sufrió un fuerte sisma.

A la par Europa, se encontró sumergida en la primera conflagración moderna, misma que sirvió para mostrar el alcance que el ingenio militar alcanzo; así en este escenario recibieron el “bautizo” de fuego armas como el tanque de guerra, el submarino y por su puesto el avión.

Este último llego a esta cita tras recorrer un camino en el cual se compuso por diferentes etapas: construcción, experimentación, exhibición, aplicación práctica, comercialización de equipos aéreos y entrenamiento. Escalones que se alcanzaron previos a la aplicación bélica de la aviación, en cierta manera los países que tuvieron aviones en aquella época de alguna u otra forma siguieron este proceso.

Así nuestro país inició desde finales del siglo XIX sus experimentos en aerostática, no obstante como esta actividad fue cayendo en poco uso y la aviación inicio con mucho brío su “ascenso”, se convirtió en una actividad más llamativa.

Ya para la primera década del siglo XX, Alberto Braniff tuvo la fortuna, después de batallar con su juguete traído de Europa, en ser el primer mexicano en volar. De igual manera de manera casi oculta hombres como Juan Guillermo Villasana, Juan Pablo y Eduardo Aldasoro, etc., buscaron seguir a pie juntillas el proceso que los hermanos Wright y los constructores europeos siguieron para hacer de su experimento un éxito.

Al todos los constructores de manera literal, hicieron “circo – maroma y teatro” para promoverse. La diferencia radico en los medios, ya que mientras los objetivos de los americanos fue su propio gobierno, concretamente el ejército norteamericano, los europeos se dedicaron a deleitar a las masas, sobre todo a las pudientes, para vender sus aviones. Mientras que los mexicanos buscaron quien les hiciera caso, ya fuera el gobierno o algún mecenas que les facilitara los recursos para sus proyectos.

No obstante la “fiebre” por volar llevó a aquellos a la compra de aviones con el proveedor que fuera, sin importar el constructor. Resultando mas rentable el comprar que el invertir en el desarrollo de una industria aeronáutica propia, como ocurrió en nuestro país.

Así, afortunadamente o quizá lo contrario, llego la guerra, en la cual y a pesar de sus detractores, la aviación paso a causar alta en los servicios bélicos; en los Estados Unidos está se incorporo al agrupamiento de señales, en Europa paso directamente de la observación al ataque, ya que los pilotos e inventores se apresuraron a adaptar armas ofensivas a los aparatos.



En México, pese a tener un escenario similar al frente europeo, de los proyectos nunca se paso, ya que aun cuando Díaz designo un par de aspirantes a aviadores, estos regresaron cuando este Presidente había abandonado el país; Madero también promovió entrenar y adquirir aeroplanos, proyecto que prospero un poco mas pero a final de cuentas solo quedó en propósito. No fue sino hasta la llegada de Venustiano Carranza cuando el objetivo se clarifico y tomo forma dando origen al “Arma Militar de Aviación”, antecedente directo de nuestra Fuerza Aérea Mexicana.

Dicha arma se concebido como un proyecto integral, dentro del esquema seguido en el desarrollo de la aviación, desafortunadamente y como en todas las carreras, otros países ya nos llevaban la delantera y simple y llanamente poco se impulso el desarrollo de aviones nacionales. Pasando a ser una nación dependiente de equipos aéreos, hasta la fecha.

Así las cosas, nuestra aviación militar no ha despegado, actualmente nuestros recursos aéreos son limitados, las aeronaves tipo jet esta compuesta por solo 5 aviones F-5, ya en espera de una actualización. Y solo tenemos rumores que van y vienen de nuevas adquisiciones, y aunque en estos últimos meses se ha visto el arribo de equipos de carga (CN-295 y C-27) esto no basta ya que nuestro territorio demanda más equipos de carga con amplia capacidad y operatividad en cualquier circunstancia, en materia de defensa considero que con los PC-7 no es suficiente, ya que es mucho territorio para pocos aviones.

Ahora bien países como Argentina, Brasil, Chile, etc. Han adquirido equipos de reciente mano factura y se han empeñado en su mantenimiento integral, ¿Qué pasa en nuestro país?, al parecer seguimos en el camino de pensar que la aviación ocupa un papel secundario (o mas alejado aun) dentro de las fuerzas armadas.

Pero en fin, aun así expreso mí mas alto reconocimiento y agradecimiento a todos esos hombres y mujeres del aire, que día a día, (así sea desde los escritorios) se encargan de que la FAM continúe prestando servicios a la sociedad civil. ¡Felicidades a todos ellos!