Majestosas aves que surcan el cielo…
Una vez mas y después del preámbulo
que fue la exhibición área en la base de Santa Lucia, este 16 de septiembre nos
deleitamos no solo con la marcialidad y disciplina de las fuerzas armadas, que
por tierra están prestas a acudir al llamado de la nación, también los cielos
se estrujaron con el rugir de turbinas, turbo hélices y rotores, que hicieron
elevar la vista a mas de uno.
Esta mañana del 17 de septiembre,
24 horas después del desfile militar, los diarios de circulación nacional y la televisión,
mostraron espectaculares imágenes de las formaciones que las aeronaves de la FAM, Armada y policía Federal ejecutaron.
Es loable que pese a las carencias de equipo, mantenimiento y programas de modernización,
siga existiendo el interés por hacer de nuestra aviación militar el brazo fuerte de las fuerzas federales.
Destacaron como desde hace mas de
20 años los viejos pero rudos F-5 Tigre, que al paso escoltaron a otro ya venerable
miembro de la FAM, un honorable Boeing 727 – 100, cuyo máximo atributo es ser “combi”,
esto es poder transportar carga y pasaje.
Los mas lucidos, por su cantidad,
fueron los PC-7 pilatus, que pese a ser un entrenador, han cumplido ya algunas
misiones de combate y que año tras año zumban como mosquitos sobre el cielo de
la capital.
Dentro de las nuevas adquisiciones,
podemos destacar cuatro avioncitos turbohélices conocidos como TEXAN II,
herederos de una larga tradición como aviones patrulla, combate y
entrenamiento. Dicho sea de paso lo de “avioncitos” es únicamente por su tamaño
ya que volarlos requiere una enorme habilidad y destreza, puesto que su desplazamiento
supera los 700 Km/h.
Las alas rotatorias también dieron
muestra de las habilidades de los pilotos helicopteristas de las diferentes áreas,
ya que se pudo ver en vuelo aeronaves de tres nacionalidades diferentes. Por un lado los Cougar de nacionalidad francesa, el
MIL MI soviético y el Black Hawk norteamericano. Quien lo fuera a pensar dos acérrimos
enemigos volando en el espacio aéreo de un país neutral.
El brazo fuerte y mas
espectacular de las pasadas aéreas corrió a cargo de los Alenia Spartan, de nueva
adquisición, los CN – 295 que ya tiene unos dos añitos aquí en el país y por su
puesto de su majestad el poderoso C-130 Hércules, el cual a pesar de su
reducido numero en nuestra aviación militar constituye el eje fundamental para el desplazamiento que la carga y equipo del
ejercito requiere; lo cual quedó demostrado horas mas tarde de terminado el
desfile, ya que se pudo ver aun par de estos aviones continuando con su dura labor,
llevando y trayendo la carga que se les asigna; demostrando así que pilotos, personal
de tierra y estas venerables aves, están
preparados para emprender una misión mas
en cualquier momento y condición.
Agradecemos infinitamente al
encargado del clima que las condiciones meteorológicas hayan permitido que en
la parte noroeste de la zona conurbada, los contingentes de toda
el ala fija pudiesen mostrar la fuerza que cada maquina tiene. Así se disfruto
de los PC-7, los TEXAN y los pesos pesados de nuestra aviación.
Debo ser sincero y agradecer a
las administraciones Panistas el volver a otorgar a los agrupamientos aéreos la
autorización de volver a participar en los desfiles y ruego porque el nuevo gobierno no solo confiera
continuidad a este tipo de eventos o a la exhibición de La Gran Fuerza de México,
sino que apoye aun mas a la aviación militar mexicana, la cual dicho sea de
paso aun no esta como la anhelaron Villasana, los Aldasoro o el mismísimo Roberto
Fierro, quien dio la entrada a los primeros Jets en nuestra Fuerza Aérea.
Finalmente un reconocimiento a
todos los hombres y mujeres que forman parte de las fuerzas armadas, en
especial a los que están al servicio de la aviación ya que tiene una de las
profesiones más hermosas que puedan existir. Ojala y el ejemplo de disciplina,
entrega, compromiso que dan en cada ejecución, sea imitado por los jóvenes de
nuestra nación. Ahora si como colofón, un gran reconocimiento al personal de tierra,
principalmente los mecánicos, por su ardua labor por hacer volar equipos tan rústicos
como los B-727 o los F-5; que dicha poder ensuciarse las manos con la grasa de
un motor, aspirar el olor a turbosina quemada, acariciar la suave, tersa y fría
textura de la lamina, apretar con suavidad pero con firmeza el gatillo de una
remachadora y hurgar en las entrañas de esas magnificas aves que a todos nos
sorprenden.
Gracias…
C-130 Hércules |